
En una ocasión tuvo un sueño erótico con Antonio Banderas en el que éste aparecía cubierto de guacamole y tumbado sobre una tortilla. A partir de este sueño empezó a escribir Afrodita.
Escribir es para mí como hacer ganchillo: siempre temo que se me vaya a escapar un punto. Isabel Allende
A cada rato uno naufraga en lagunas educacionales. Cuando hay que detener un taxi uno piensa por qué diablos no enseñan a silbar desde el primer grado. O a desengrasar ollas, salir de un ascensor atascado, cambiar un caucho o llenar un formulario. Isabel Allende
Mi padre, un indio de ojos amarillos, provenía del lugar donde se juntan cien ríos, olía a bosque y nunca miraba al cielo de frente, porque se había criado bajo la cúpula de los árboles y la luz le parecía indecente... Isabel Allende
Las fotografías engañan al tiempo, suspendiéndolo en un trozo de cartón donde el alma queda bocabajo, decía. Isabel Allende
Su vida estaba hecha de ruinas encadenadas sin variantes, salvo aquellas marcadas por las estaciones. Sólo existía trabajo y cansancio para ella. Isabel Allende
Largamente, sin apuro, en la paz de la noche habitó en ella deteniéndose en el umbral de cada sensación, saludando al placer, tomando posesión al tiempo que se entregaba. Isabel Allende