Moliere sentía autentica aversión hacia los médicos, por lo que trataba de no pisar ni una consulta.
No hay por qué ser esclavos de esos fingidores, que hay tantos falsos devotos como falsos valientes, y así como no se ve qué, allí donde el honor los conduce, los verdaderos valientes sean los que más bullicio hacen, así los buenos y verdaderos devotos, merecedores de que se sigan sus huellas, no son los que tanto gesticulan. Moliere
Ningún hombre es tan bueno, que, al ser expuesto a las acciones de la ley, no sería condenado a la horca por lo menos diez veces. Moliere