Epicteto, o Epícteto, (en griego: Επίκτητος , ‘adquirido’; Hierápolis, 55-Nicópolis, 135) fue un filósofo griego de la escuela estoica que vivió parte de su vida como esclavo en Roma.
Epicteto, más que un filósofo, fue un moralista, volcado más en la práctica que en la teoría y pensaba, por ejemplo, que donde el hombre debía probar su valía era en la vida cotidiana, en el contraste con la realidad.
En los festines acuérdate que tienes dos invitados: el cuerpo y el alma. Lo que des al cuerpo lo perderás; lo que des al alma lo conservarás eternamente. Epicteto
Si puedes enriquecerte conservando el honor, la buena fe, la magnanimidad, no lo excuses; pero teme perder los verdaderos bienes para adquirir los falsos. Epicteto
Para juzgar si un hombre es libre no te pares a mirar sus dignidades, porque, al contrario, más esclavo es cuando más elevado cargo desempeña. Epicteto
El único Amo es el deseo. El verdadero amo de cada uno de nosotros es aquel que tiene el poder de darnos o no, quitarnos o no, lo que deseamos o no. Todo hombre entonces, que quiere ser libre, no desea y no rechaza nada que dependa de otros, de lo contrario, necesariamente será esclavo. Epicteto
Recuerda que debes conducirte en la vida como en un banquete. ¿Un plato ha llegado hasta ti? Extiende tu mano sin ambición, tómalo con modestia. ¿Se aleja? No lo retengas. Epicteto
Tú puedes ser invencible, si no te enganchas en combate alguno cuya victoria no dependa de ti. Epicteto
Si tomas cualquier rol superior a tus fuerzas, has procedido torpemente, a la vez que desechaste el que habrías representado bien. Epicteto