
Epicteto, más que un filósofo, fue un moralista, volcado más en la práctica que en la teoría y pensaba, por ejemplo, que donde el hombre debía probar su valía era en la vida cotidiana, en el contraste con la realidad.
Sólo existe una forma de felicidad, que es dejar de preocuparnos por aquellas cosas que estén más allá del poder de nuestro deseo. Epicteto
¿Quieres dejar de pertenecer al número de los esclavos? Rompe tus cadenas y desecha de ti todo temor y todo despecho. Epicteto
La felicidad no consiste en adquirir y gozar, sino en no desear nada, pues consiste en ser libre. Epicteto
Si no tienes ganas de ser frustrado jamás en tus deseos, no desees sino aquello que depende de ti. Epicteto