Su fama proviene de ser el mejor profesor de retórica del mundo antiguo junto a Isócrates. En esta materia alcanzó un prestigio tal que se le nombró profesor oficial de la materia con retribución pública.
La conciencia vale por mil testigos. Quintiliano
El que miente necesita tener buena memoria. Quintiliano
Aunque la ambición sea un vicio, no obstante, a menudo es causa de virtud. Quintiliano
Algunos hablan demasiado, pero sin decirlo todo. Quintiliano
El que parece sabio entre los tontos, parece tonto entre los sabios. Quintiliano
Lo que no ayuda, estorba. Quintiliano
No muchas cosas, sino mucho. Quintiliano
Nada es más peligroso para el hombre que un rápido cambio de estado. Quintiliano
Los malos hábitos es más fácil romperlos que enmendarlos. Quintiliano