Virginia tuvo una extraordinaria educación en su hogar localizado en Hyde Park, gracias a la biblioteca de su padre y a las visitas asiduas de célebres autores victorianos, entre ellos: Henry James, George Eliot, Georges Henry Lewes, James Russel Lowell y el historiador escocés Thomas Carlyle.
Nos produce náusea la vista de personalidades triviales que se descomponen en la eternidad de lo impreso. Virginia Woolf
La vida misma, cada momento de ella, cada gota de ella, aquí en este instante, ahora, en el Sol, en Regent. Virginia Woolf
Si, he estado pensando: vivimos sin un futuro. Eso es lo sorprendente: con las narices apretujadas contra una puerta cerrada. Virginia Woolf
La vida. Es un halo luminoso, una envoltura semitransparente que nos envuelve desde que tenemos una conciencia hasta el final. Virginia Woolf
Middlemarch, el libro magnífico, el cual con todas sus imperfecciones, es una de las pocas novelas inglesas para gente madura. Virginia Woolf
Sólo Dios sabe por qué la amamos tanto, por qué la vemos como la vemos, inventándola, construyéndola a nuestro alrededor, derribándola a cada momento; porque hasta las mujeres menos atractivas que pudiera imaginarse, los desechos más miserables que se sentaban en los umbrales de las puertas (derrotados por la bebida) hacían lo mismo; estaba totalmente convencida de que ninguna ley lograría dominarlos, y por esa misma razón: la de que ellos amaban la vida. Virginia Woolf
Porque todas las comidas se han cocinado, los platos y las tazas lavado; los niños enviados a la escuela y arrojados al mundo. Nada queda de todo ello; todo desaparece. Ninguna biografía, ni historia, tiene una palabra que decir acerca de ello. Virginia Woolf