Publicó varias decenas de relatos cortos y algunas novelas largas. Tras el estallido de la segunda guerra mundial se convirtió en corresponsal de guerra para el Ejército Rojo, publicando para el diario Krásnaya Zvezdá (Estrella Roja) aclamadas crónicas de primera mano de las batallas de Moscú, Stalingrado, Kursk y Berlín.
Si dejas a alguien le dejas de verdad, sin dar marcha atrás. No tiene sentido llorar por la leche derramada Vasili Grossman
Cuando el sentimiento de melancolía bovina, de irremediable fatalismo se transforma en un lacerante sentido del horror, el arbusto del opio del optimismo acude en ayuda de los hombres Vasili Grossman
Lo principal era que los hombres son hombres, sólo después son obispos, rusos, tenderos, tártaros, obreros ¿lo comprende? Los hombres no son buenos o malos por según si son obreros u obispos, tártaros o ucranianos; los hombres son iguales en tanto que hombres Vasili Grossman
Todos eran débiles, tanto justos como pecadores. La única diferencia era que un hombre miserable, cuando realizaba una buena acción, se vanagloriaba de ella toda su vida, mientras que un hombre justo no reparaba en sus buenas acciones, pero recordaba durante años un pecado conocido Vasili Grossman
El totalitarismo no puede renunciar a la violencia. Si lo hiciera, perecería. La eterna, ininterrumpida violencia, directa o enmascarada, es la base del totalitarismo Vasili Grossman
La aspiración innata del hombre a la libertad es invencible; puede ser aplastada pero no aniquilada Vasili Grossman
Sería absurdo negar la importancia de un general cuando se libra una batalla. Sin embargo, no sería justo atribuirle la calificación de genio Vasili Grossman
Los muros levantados por los Estados, la furia racista, la cortina de fuego de la artillería pesada no significaban nada, eran impotentes ante la fuerza del amor... Daba gracias al destino porque, a las puertas de la muerte, le había permitido comprenderlo Vasili Grossman