Sus amigos apostaron a que no era capaz de decirle a la reina Isabel de Borbón que sufría de cojera; sutilmente le dijo: "Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja". Ganó la apuesta.
Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen. Francisco de Quevedo
Ruin arquitecto es la soberbia; los cimientos pone en lo alto y las tejas en los cimientos. Francisco de Quevedo
El consejo, bueno es; pero creo que es de las medicinas que menos se gastan y se gustan. Francisco de Quevedo