Sus amigos apostaron a que no era capaz de decirle a la reina Isabel de Borbón que sufría de cojera; sutilmente le dijo: "Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja". Ganó la apuesta.
Muchos son los buenos, si se da crédito a los testigos; pocos, si se toma declaración a su conciencia. Francisco de Quevedo
Mejor se puede disculpar el que se muere de miedo, que el que de miedo se mata: porque allí obra sin culpa la naturaleza; y en éste, con delito y culpa, el discurso apocado y vil. Francisco de Quevedo
La posesión de la salud es como la de la hacienda, que se goza gastándola, y si no se gasta, no se goza. Francisco de Quevedo
La justicia es una constante y perpetúa voluntad de dar a cada uno lo que le toca. Francisco de Quevedo
No es dichoso aquél a quien la fortuna no puede dar más, sino aquel a quien no puede quitar nada. Francisco de Quevedo