La actividad de Simone de Beauvoir fue, junto con la Gisèle Halimi y Elisabeth Badinter, central para obtener el reconocimiento de los maltratos sufridos por las mujeres durante la guerra de Argelia, así como para la obtención del derecho al aborto en Francia.
No hay muerte natural: nada de lo que sucede al hombre es natural puesto que su sola presencia pone en cuestión al mundo. La muerte es un accidente, y aún si los hombres la conocen y la aceptan, es una violencia indebida. Simone de Beauvoir