Dramaturgo y novelista, humorista, dibujante, y también aficionado a la magia. En Madrid, era espectador asiduo a espectáculos de magia que se ofrecían en la Villa del Oso y del Madroño.
En general, los hijos no empiezan a querer a sus padres hasta pasados los treinta años. Enrique Jardiel Poncela