Mijaíl Aleksándrovich Bakunin (Михаил Александрович Бакунин en ruso y Miguel Bakunin en español) (Pryamukhino, Torzhok, Imperio ruso, 30 de mayo de 1815 - Berna, Suiza, 1 de julio de 1876) fue un anarquista ruso. Es posiblemente el más conocido de la primera generación de filósofos anarquistas y está considerado uno de los padres de este pensamiento, dentro del cual defendió la tesis colectivista y el ateísmo.
Se ha denominado al anarquismo que él desarrolló anarcocolectivismo o anarquismo colectivista. Junto con Proudhon y luego Kropotkin es uno de los teóricos más importantes del anarquismo, y prácticamente es el primer gran impulsor del anarquismo como movimiento político y popular.
El pueblo, por desgracia, es todavía muy ignorante, y es mantenido en su ignorancia por los esfuerzos sistemáticos de todos los gobiernos, que consideran esta ignorancia como una de las condiciones más esenciales de su propia potencia. Mijaíl Bakunin
Todas las religiones, con sus dioses, semidioses, profetas, mesías y santos son el producto del capricho y la credulidad del hombre quien no ha alcanzado todavía el desarrollo total y la personalidad completa de sus poderes intelectuales. Mijaíl Bakunin
En una palabra, rechazamos toda legislación, toda autoridad y toda influencia privilegiadas, patentadas, oficiales y legales, aunque salgan del sufragio universal, convencidos de que no podrán actuar sino en provecho de una minoría dominadora y, contra los intereses de la inmensa mayoría sometida. Mijaíl Bakunin
Yo soy partidario convencido de la igualdad económica y social, porque sé que, fuera de esta igualdad, la libertad, la justicia, la dignidad humana, la moralidad y el bienestar de los individuos, así como la prosperidad de las naciones no serán nunca nada más que mentiras. Mijaíl Bakunin
Libertad sin socialismo es privilegio e injusticia; Socialismo sin libertad es esclavitud y brutalidad Mijaíl Bakunin
La libertad, la moralidad y la dignidad humana del individuo consisten precisamente en que haga el bien no porque esté forzado a hacerlo, sino porque libremente lo conciba, lo quiera y lo ame Mijaíl Bakunin
Libertad política sin igualdad económica es una pretensión, un fraude, una mentira; y los trabajadores no quieren mentiras Mijaíl Bakunin