En un rincón una pareja se entretenía en las preliminares de un juego sexual. Shevek miró para otro lado, con repugnancia. ¿Hasta en el sexo eran egoístas? Acariciarse y copular en presencia de gente sin pareja era tan grosero como comer en presencia de un hambriento.
Ursula K. Le Guin

Frases de Ursula K. Le Guin - En un rincón una pareja se entretenía en las preliminares de un juego sexual. Shevek miró para otro lado, con repugnancia. ¿Hasta en el sexo eran egoístas? Acariciarse y copular en presencia de gente sin pareja era tan grosero como comer en presencia de un hambriento.

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Los católicos querrían el Estado intervencionista totalmente a su favor; a falta de esto, o donde son minoría, exigen el Estado indiferente, para que no apoye a sus adversarios.
Antonio Gramsci
Todo hombre tiene tres variedades de carácter: el que realmente tiene; el que aparenta, y el que cree tener.
Jean Baptiste Alphonse Karr
Son los árboles que dan frutos los que sufren las pedradas
Eduardo Galeano
Creemos en la autonomía del arte... Todo artista que se propone otra cosa que no sea lo bello no es, a nuestros ojos. un artista; jamás pudimos comprender la separación entre la idea y la forma... Una forma bella es una bella idea, porque, ¿qué sería una forma que no expresara nada...?
Théophile Gautier
Llamamos destino a todo cuanto limita nuestro poder.
Ralph Waldo Emerson
Cuando las leyes de la matemática se refieren a la realidad, no son ciertas; cuando son ciertas, no se refieren a la realidad.
Albert Einstein
Es rico quien disfruta de lo que posee
Talmud
El conocimiento de la Bolsa es lo que queda una vez se han olvidado todos los detalles
André Kostolany
Cuanto mayor sea la porción de mi vida que pueda ser arrancada del ciclo trabaja-consume-muere, y devuelta a la economía del encuentro, mayores serán mis oportunidades de placer.
Hakim Bey
Lo que es totalmente infecundo en política es querer mantener la virginidad, porque si te aislas y te reduces, te vas hundiendo poco a poco y ya puedes defender las cosas más extraordinarias pero nunca podrás triunfar
Santiago Carrillo