Cuando Dios desea enviar un desastre sobre una persona, primero le envía un poco de suerte para que goce y ve si puede recibirla de una manera decorosa. Cuando Dios desea enviar bendiciones sobre una persona, primero le envía un poco de desventuras para ver cómo puede soportarlas.
Proverbio Chino

Frases de Proverbio Chino - Cuando Dios desea enviar un desastre sobre una persona, primero le envía un poco de suerte para que goce y ve si puede recibirla de una manera decorosa. Cuando Dios desea enviar bendiciones sobre una persona, primero le envía un poco de desventuras para ver cómo puede soportarlas.

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¿Cuán feliz es la suerte de la inocente vestal? Al mundo olvida y el mundo la olvidó. El eterno resplandor de la mente inmaculada acepta todas las plegarias y renuncia a todos los deseos
Alexander Pope
Hace muchas pesadillas que no eres mi sueño
Pablo Hasél
Yo no llamo malvado propiamente al que peca, sino al que peca sin remordimiento.
Giacomo Leopardi
Para escribir novelas hay que estar loco. Loco por contar grandes verdades mediante pequeñas mentiras.
César Fernández García
Corazón aquietado como el alma en silencio; oigo apenas el ruido muy lejano del mundo como un eco remoto que se ahogó en la distancia y que traen los vientos al oído inseguro.
Alphonse de Lamartine
Dando nuestra comida, nos hacemos más fuertes, ofreciendo a los demás nuestros vestidos, nos hacemos más bellos, prestando desinteresadamente las moradas de la pureza y la verdad, conseguimos grandes tesoros.
Buda Gautama
Todo movimiento, cualquiera que sea su causa, es creador.
Edgar Allan Poe
El avance de la maldad es el síntoma de vacío. Siempre que la maldad gana, es sólo por ausencia de oposición: Por el fracaso moral de aquellos que evaden el hecho de que no puede haber compromiso en principios básicos.
Ayn Rand
Cuando vendo licor, se llama piratería, y cuando mis clientes se sirven en Lake Shore Drive, se llama hospitalidad.
Al Capone
La demencia es como ese momento de duda en que no sabría si debo confiar en los ojos o en la memoria porque ambas cosas parecen capaces de cometer los mismos errorres insidiosos.
John Katzenbach