Has tratado de comprarla (la suerte) con ochenta y cuatro días en el mar. Y casi estuvieron a punto de vendértela.
Ernest Hemingway

Frases de Ernest Hemingway - Has tratado de comprarla (la suerte) con ochenta y cuatro días en el mar. Y casi estuvieron a punto de vendértela.

Más Frases


La buena vida llega cuando no asumes nada, haces más, sonríes a menudo, sueñas en grande, ríes mucho y te das cuenta de lo bendecido que eres con lo que tienes.
Zig Ziglar
Sigo siendo libre, nada es complicado a tu lado. Tú me haces libre, estoy irreconocible desde que te conocí, más vivo y más sensible, porque estás aquí, contando tus segundos junto a mí
Nach
La mujer que queremos es lo que ella es. Algo de su ser se derrama e impregna el universo entero.
Aldous Huxley
Economía no es avaricia, antes bien, es virtud el guardar para los tiempos calamitosos, aun cuando no sea sino en consideración a las herederos.
Juan Montalvo
Aunque las mujeres no somos buenas para el consejo, algunas veces acertamos.
Santa Teresa de Jesús
En España no se respeta la identidad y no hablo de la ideológica sino de la de lugar, de que España es lo que es con lo bueno y con lo malo. Somos un país de broncas, de alegrías y tristezas y de una serie de cosas que nos definen, como la tapa con los amigos, la Guerra Civil periódica que vivimos en España, la mala leche y el toro también.
Arturo Pérez-Reverte
El suicida es el antípoda del mártir. El mártir es un hombre que se preocupa a tal punto por lo ajeno, que olvida su propia existencia. El suicida se preocupa tan poco de todo lo que no sea él mismo, que desea el aniquilamiento general.
Gilbert Keith Chesterton
Hay momentos en la vida que valen años.
Doménico Cieri Estrada
Todos los descubrimientos verdaderos surgen del caos, son resultado de dirigirse hacia lo que parece incorrecto y ridículo y tonto.
Chuck Palahniuk
Elegiré amigos entre los hombres, pero no esclavos ni amos. Elegiré sólo a los que me plazcan, y a ellos amaré y respetaré, pero no obedeceré ni daré órdenes. Y uniremos nuestras manos cuando queramos, o andaremos solos cuando lo deseemos
Ayn Rand