No digo una palabra: continúo mirando la carne de sus blancos cuellos, bordados de locos mechones; persigo, bajo la blusa y los frágiles atavíos, el divino dorso parejo a la curva de sus hombros.
Arthur Rimbaud

Frases de Arthur Rimbaud - No digo una palabra: continúo mirando la carne de sus blancos cuellos, bordados de locos mechones; persigo, bajo la blusa y los frágiles atavíos, el divino dorso parejo a la curva de sus hombros.