No digo una palabra: continúo mirando la carne de sus blancos cuellos, bordados de locos mechones; persigo, bajo la blusa y los frágiles atavíos, el divino dorso parejo a la curva de sus hombros. Arthur Rimbaud
El que seduce a un juez con el prestigio de su elocuencia, es más culpable que el que le corrompe con dinero. Cicerón
Es preciso no dejarse llevar a engaño: ¡no juzguéis!, dicen, pero ellos mandan al infierno a todo lo que los estorba. Al hacer que Dios juzgue, son ellos mismos los que juzgan: al glorificar a Dios, se glorifican a sí mismos... Friedrich Nietzsche
Lo que da valor a un placer es usarlo raramente. Juvenal
Cuando se es joven, se es joven para toda la vida Pablo Picasso
Aquel que lucha contra monstruos debe temer convertirse en uno. Alan Moore
El hombre creador busca compañeros que sepan aguzar sus hoces. Serán los que cosechen y se regocijen con la labor cumplida. Friedrich Nietzsche
Se puede confiar en la indulugencia de Dios, pero no en el hombre, en los hombres. Graham Greene
La injusticia, siempre mala, es horrible ejercida contra un desdichado. Concepción Arenal
Muchas cosas hay portentosas, pero ninguna como el hombre. Tiene recursos para todo; sólo la muerte no ha conseguido evitar. Sófocles
Mis antecesores, en seis años, no nombraron nunca a un obrero en nada, y ahora quieren hacer creer a los trabajadores que las empresas deben ser de su propiedad. Les dicen que ellos deben ser dueños del cobre, del carbón, del salitre. ¡Cómo andaría el país! Salvador Allende