Por los dioses, era mucho mejor cuando éramos apenas cuatro contra ese maldito gran dragón, pensó Vimes mientras caminaban. Desde luego, casi nos quemamos vivos varias veces, pero al menos no era complicado. Era un condenado gran dragón. Podías verlo venir. No se ponía político contigo.
Terry Pratchett

Frases de Terry Pratchett - Por los dioses, era mucho mejor cuando éramos apenas cuatro contra ese maldito gran dragón, pensó Vimes mientras caminaban. Desde luego, casi nos quemamos vivos varias veces, pero al menos no era complicado. Era un condenado gran dragón. Podías verlo venir. No se ponía político contigo.

Más Frases


Decirle adiós al personaje que has interpretado es muy duro. Le has conocido y has sido él durante un buen período de tiempo, porque virtualmente comes, duermes, bebes y trabajas con ese tipo en tu mente. Y de pronto un buen día, tienes que decirte a ti mismo que ya está, y te despides
Johnny Depp
Se echa en cara a la juventud el creer que el mundo empieza con ella. Cierto. Pero la vejez cree aún más a menudo que el mundo acaba con ella. ¿Qué es peor?
Friedrich Hebbel
Yo estaba en libertad porque mi mayor temor se había dado cuenta, y yo todavía tenía una hija que adoraba, y yo tenía una vieja máquina de escribir y una gran idea. Y así, los suelos se convirtió en una base sólida sobre la que reconstruí mi vida.
J.K Rowling
La suerte de la humanidad es, generalmente, la que ella se merece
Albert Einstein
Mantente bronceado, aunque tengas que utilizar una lámpara. Para la mayoría de la gente, el bronceado en invierno sólo significa que uno ha estado donde está el sol y, en ese sentido, el sol es dinero
Aristóteles Onasis
Una sola idea durante el sueño es capaz de reunir años enteros y de concentrar en una hora la vida dilatada.
Lord Byron
¿Existe recompensa mayor que la vida?
Yann Martel
Este hoy es aquel mañana que ayer te pareció tan inquietante.
Anónimo
Si vas a escuchar a la gente, escucha a los triunfadores. Escucha a las personas que saben lo que hacen y que demuestran el valor de lo que hacen.
Louise Hay
Cuando se tiene que esperar, se tiene que esperar
Haruki Murakami