Le preguntan qué consejo le daría a la gente: Daría tres. El primero es: Haz siempre, porque si no haces, te arrepentirás, y si haces y te equivocas, al menos habrás aprendido algo. El segundo: No quieras nada para ti que no sea también para los otros. El tercero: No seas lo que otros quieran que seas; sé lo que tú eres.
Alejandro Jodorowsky

Frases de Alejandro Jodorowsky - Le preguntan qué consejo le daría a la gente: Daría tres. El primero es: Haz siempre, porque si no haces, te arrepentirás, y si haces y te equivocas, al menos habrás aprendido algo. El segundo: No quieras nada para ti que no sea también para los otros. El tercero: No seas lo que otros quieran que seas; sé lo que tú eres.

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El hombre necesita sufrir. Cuando no tiene pesares reales los crea. Los pesares lo purifican y lo preparan
José Martí
Los hijos aprenden poco de las palabras; sólo sirven tus actos y la coherencia de éstos con las palabras
Joan Manuel Serrat
El ajedrez es ciertamente un arte, pero yo no pensaba en ello. Sólo el juego preciso y fuerte puede ser bonito... La precisión, en primer lugar. En última instancia, todo se decide por la clase. Luego podemos aspirar a una partida preciosa. Pero para jugar con elegancia y precisión hay que saber mucho y ser capaz de utilizarlo.
Bobby Fischer
A los picapedreros, cuando les condenan a trabajos forzados, les obligan a escribir poesías.
Jaume Perich
Yo me río de todas las cosas por miedo a verme obligado a llorar.
Pierre-Augustin de Beaumarchais
Resuélvete a seguir la conducta más excelente y por costumbre te deleitarás con ella
Pitágoras
La región de los Balcanes tiene la tendencia de producir más historia de la que puede consumir
Winston Churchill
El mal continúa existiendo en el mundo debido a que las personas tan sólo hablan de sus ideales, pero no hacen lo necesario por llevarlos a la práctica. Si las acciones tomaran el lugar de las palabras, muy pronto la miseria del mundo desaparecería para transformarse en prosperidad.
Abdu'l-Bahá
Para él, no existe un yo por sobre el otro, y, por ello, nadie a quien elevar; ni cielo ni infierno y, por tanto, ningún destino.
Laocio
Por esto un Samurái debe conocer sus debilidades y pasar su vida corrigiéndolas sin jamás tener el sentimiento de haber hecho ya lo suficiente. No debe, naturalmente, tener demasiada confianza pero tampoco sentirse inferior.
Yamamoto Tsunetomo