¡El hombre ha nacido para la felicidad y para la libertad y en todas partes es esclavo e infeliz!¡La sociedad tiene como fin la conservación de sus derechos y la perfección de su ser; y por todas partes la sociedad lo degrada y lo oprime!¡Ha llegado el tiempo de recordarle sus verdaderos destinos!
Maximilien Robespierre

Frases de Maximilien Robespierre - ¡El hombre ha nacido para la felicidad y para la libertad y en todas partes es esclavo e infeliz!¡La sociedad tiene como fin la conservación de sus derechos y la perfección de su ser; y por todas partes la sociedad lo degrada y lo oprime!¡Ha llegado el tiempo de recordarle sus verdaderos destinos!

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Para todo hay un signo. El signo del amor es la fortaleza ante mi decreto y la paciencia ante mis pruebas.
Bahá'u'lláh
Las palabras de aliento después de la censura son como el sol tras el aguacero.
Goethe
El arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo para darle forma.
Bertolt Brecht
Todavía no estamos metidos en una guerra civil pero andamos muy cerca de ella
Mahatma Gandhi
El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es el sarampión de la humanidad
Albert Einstein
Desde la partida de buenos artistas pasados de moda de la reaparición de alguien que quiere ser un artista se ha convertido por desgracia en un sinónimo de campamento. No creo que soy campista que cualquier otra persona que se sentía como en casa en el escenario, y se sentía más a gusto en el escenario de lo que hizo fuera del escenario.
David Bowie
...puesto que el verdadero propósito del socialismo es precisamente superar y avanzar más allá de la fase depredadora del desarrollo humano, la ciencia económica en su estado actual puede arrojar poca luz sobre la sociedad socialista del futuro
Albert Einstein
Es uno de mis mejores logros, la felicidad de mi madre.
Andreu Buenafuente
La ciencia que se aparte de la justicia más que ciencia debe llamarse astucia.
Cicerón
Si me hubiera parado a pensarlo, hubiera comprendido que mi devoción por Clara no era más que una fuente de sufrimiento. Quizás por eso la adoraba más, por esa estupidez eterna de perseguir a los que nos hacen daño
Carlos Ruiz Zafón