Hay un peligro monstruoso en ponerse a buscar espíritus errantes. Lo temo, lo temo.
Arthur Miller

Frases de Arthur Miller - Hay un peligro monstruoso en ponerse a buscar espíritus errantes. Lo temo, lo temo.

Más Frases


La libertad por la que tantos estadounidenses han luchado y han muerto acarrea responsabilidades además de derechos
Barack Obama
De todo lo expuesto debemos sacar la consecuencia de que hay dos razas de hombres en el mundo y nada más que dos: la raza de los hombres decentes y la raza de los indecentes.
Viktor Frankl
No me agrada el tal Rotten, que dice cosas desagradables de mí. Sé que siente que tiene que hacerlo, porque yo, al igual que la reina, soy una de las mejores cosas que Inglaterra tiene
Mick Jagger
¿Quieres pasar el resto de tu vida vendiendo agua azucarada o quieres tener la oportunidad de cambiar el mundo?
Steve Jobs
La selección natural, como veremos más adelante, es una fuerza siempre dispuesta a la acción y tan inconmensurablemente superior a los débiles esfuerzos del hombre como las obras de la naturaleza lo son a las del arte
Charles Darwin
La gente que construyó Silicon Valley eran ingenieros. Aprendieron sobre negocios, aprendieron un montón de cosas diferentes, pero tenían una creencia real de que los seres humanos, si trabajaban duro junto a otras personas creativas, inteligentes, podían resolver la mayoría de los problemas de la humanidad. Estoy muy de acuerdo con eso
Steve Jobs
No reniego del patriotismo, pero primeramente soy un ser humano, y cuando ambas cosas son incompatibles, siempre le doy la razón al ser humano.
Hermann Hesse
Así como hay una calle Voluntarios de la Patria, podría haber otra que se llamara, inversamente, calle Traidores de la Patria.
Nélson Rodrigues
El arte es una especie de innata unidad que se apodera de un ser humano y lo convierte en su instrumento. El artista no es una persona dotada de libre albedrío que busca su propio beneficio, sino un arte que permite hacer realidad su propósito a través de él.
Carl Gustav Jung
En el bunquer de tu cuerpo aún no escucho caer las bombas
Pablo Hasél