Rezar es como tomar un camino a ciegas en medio de las tinieblas y esperar que una luz mortecina nos garantice que no nos hemos extraviado
Pierre Sansot

Frases de Pierre Sansot - Rezar es como tomar un camino a ciegas en medio de las tinieblas y esperar que una luz mortecina nos garantice que no nos hemos extraviado

Más Frases


¿Que si tengo una rutina especial antes de los playoffs? Sí, que tu madre me frote los pies.
Shaquille O'Neal
Mucha buena gente que sería incapaz de robarnos el dinero, nos roba sin escrúpulo alguno el tiempo que necesitamos para ganarlo.
Jacinto Benavente
No andes, Sancho, desceñido y flojo, que el vestido descompuesto da indicios de ánimo desmalazado.
Miguel de Cervantes
En el servicio aprendió a leer, a escribir y a sumar, y perdió la inocencia. Abrió la tahona, se casó, tuvo doce hijos, compró un calendario y se sentó a ver pasar el tiempo. Los patriarcas antiguos debieron ser bastante parecidos al señor Ramón.
Camilo José Cela
A la política y a los hombres políticos y de gobierno no les está permitido escindir la realidad, y decir: 'Esto me gusta, esto me agrada, esto me conviene, esto lo organizo y lo defiendo; lo demás, se quita, se borra, desaparece de la contemplación de mis deberes'.
Manuel Azaña
El alma se tiñe del color de sus pensamientos. Piensa sólo en aquellas cosas que están en línea con tus principios y que puedan ver la luz del día. El contenido de tu carácter lo eliges tú. Día a día, lo que eliges, lo que piensas, y lo que haces, es en lo que te conviertes. Tu integridad es tu destino... es la luz que guía tu camino.
Heráclito
Entre una y otra todos los días son míos
Fernando Pessoa
Soy un burguesito ciego a todo lo que pasa más allá de la esfera de lo estético.
Julio Cortázar
Cuando un hombre rebaja su talento únicamente para ponerse al nivel del lector, comete un pecado mortal que éste no le perdonará nunca, suponiendo, por supuesto, que se dé cuenta de ello. Puede uno decirle al hombre cosas atroces, pero enalteciendo su vanidad.
Friedrich Nietzsche
Hemos llegado a querernos de verdad —decía Andrés—, porque no teníamos interés en mentir.
Pío Baroja