El ingenio es un don celestial bien inútil: lo que hace falta es razón, buen sentido, cordura y juicio.
Felipe Stanhope de Chesterfield

Frases de Felipe Stanhope de Chesterfield - El ingenio es un don celestial bien inútil: lo que hace falta es razón, buen sentido, cordura y juicio.

Más Frases


Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso
Jesús de Nazaret
A través del orgullo nos engañamos a nosotros mismos.
Carl Gustav Jung
Yo no busco la redención de las consecuencias de mi pecado. Yo quiero ser redimido del pecado en sí, o mejor dicho, incluso del pensamiento mismo del pecado. Hasta que alcance ese fin, me sentiré satisfecho de sentirme angustiado.
Mahatma Gandhi
El hombre que hace la felicidad de una mujer es un hombre ejemplar; y el que hace la felicidad de tres mujeres a la vez, un caso perdido.
Noel Clarasó
Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio.
Mahatma Gandhi
(...) por la noche X lo invita a compartir su cama. B en el fondo no tiene ganas de acostarse con X, pero acepta. Por la mañana, al despertar, B está enamorado otra vez. ¿Pero está enamorado de X o está enamorado de la idea de estar enamorado?
Roberto Bolaño
Los intentos de superar esa dualidad, de domesticar lo díscolo y domeñar lo que no tiene freno, de hacer previsible lo incognoscible y de encadenar lo errante son la sentencia de muerte del amor.
Zygmunt Bauman
¿Puede alguien recordar el amor? Es como querer conjurar el aroma de las rosas en un sótano. Podrías ver la rosa, pero el perfume, jamás. Y ésa es la verdad de las cosas, su perfume.
Arthur Miller
Dos cosas llenan el animo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes, cuanto con mas frecuencia y aplicación se ocupa de ellas la reflexión: el cielo estrellado sobre mi y la ley moral en mi.
Immanuel Kant
La humanidad necesita hombres prácticos, que saquen el máximo provecho de su trabajo, y, sin olvidar el bien general, cuiden sus propios intereses
Marie Curie