En muchos países todo funciona como un club privado. Por eso es necesario robustecer la carrera administrativa pero eso no le interesa a los políticos porque les quita votos. Es esencial que el pueblo recobre su capacidad de respuesta. Nosotros buscamos responder por qué nos pasa lo que nos pasa.
Rubén Blades

Frases de Rubén Blades - En muchos países todo funciona como un club privado. Por eso es necesario robustecer la carrera administrativa pero eso no le interesa a los políticos porque les quita votos. Es esencial que el pueblo recobre su capacidad de respuesta. Nosotros buscamos responder por qué nos pasa lo que nos pasa.

Más Frases


¿Quién nos está soñando, quién nos sueña? ¿Quién impulsa los músculos del alma?
Beatriz Villacañas
El hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera. Pero sufrir por propias culpas, ésa es la pesadilla de la vida.
Oscar Wilde
Cuando nos transformamos radicalmente, nuestros amigos, los que no se han transformado, se convierten en los fantasmas de nuestro propio pasado; su voz resuena en nuestros oídos como si viniera de la región de las sombras, como si nos oyésemos a nosotros mismos, más jóvenes, pero más duros y menos maduros.
Friedrich Nietzsche
No daria ni para un sorbo, agua limpia y clara, y sin embargo ¡Que cosa tan sagrada!
Yosa Buson
¿Qué te importa? ¡Ocúpate de ser tu mejor! Tal como eres, ni siquiera puede entender lo que aquí pueda ser la verdad.
Ludwig Wittgenstein
La independencia no es una palabra que deba exorcizarse, sino una condición indispensable para la existencia de hombres y mujeres realmente liberados, es decir, dueños de todos los medios materiales que hacen posible la transformación radical de la sociedad.
Frantz Fanon
No basta tener buen ingenio; lo principal es aplicarlo bien
René Descartes
Los sacrificios humanos de cartagineses, mexicanos y muchos pueblos bárbaros apenas superan la inquisición y las persecuciones de Roma y Madrid.
David Hume
No te apropies de nada ni de nadie
Alejandro Jodorowsky
Muchas cosas hay misteriosas, pero no el hombre.
Sófocles