No hablaré de Diego como de mi esposo porque sería ridículo. Diego no ha sido jamás ni será esposo de nadie. Tampoco como de un amante, porque él abarca mucho más allá de las limitaciones sexuales, y si hablara de él como de mi hijo, no haría sino describir o pintar mi propia emoción, casi mi autorretrato y no el de Diego.Frida Kahlo