El fuego le lamió y le inundó y notó que se le marchitaban los delicados tejidos del cerebro. Trató de enfocar su pensamiento en el hielo. Se asió al hielo en busca de salvación, a pedazos de hielo, a montañas de hielo, a icebergs de hielo semihundidos en agua helada. Aunque su alma ardía, pensaba en el hielo.
Harlan Ellison

Frases de Harlan Ellison - El fuego le lamió y le inundó y notó que se le marchitaban los delicados tejidos del cerebro. Trató de enfocar su pensamiento en el hielo. Se asió al hielo en busca de salvación, a pedazos de hielo, a montañas de hielo, a icebergs de hielo semihundidos en agua helada. Aunque su alma ardía, pensaba en el hielo.

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Aunque sea demasiado obvio como para escapar a la observación de que las distintas ideas están conectadas entre sí, no he encontrado un solo filósofo que haya intentado enumerar o clasificar todos los principios de asociación, tema, sin embargo, que parece digno de despertar la curiosidad.
David Hume
La soberbia ataca con dos dardos: la ira y la envidia
Mateo Alemán
Conforme sea el pensamiento que el ser tenga en su mente en el instante en que actúa, así será la conducta que observe.
Carlos Bernardo Gonzalez Pecotch
Nadie encuentra completa dicha en este mísero mundo, y que es rarísimo hallar dos caracteres en completo acomodo y compenetración dentro de la jaula del matrimonio, pues el diablo o la sociedad o Dios mismo desconciertan y cambian las parejas para que todos rabien, y todos, cada cual en su jaula, hagan méritos para la gloria eterna.
Benito Pérez Galdós
No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, sino tan sólo si marchamos por el mismo camino.
Goethe
El desánimo es una incredulidad
Henri-Frédéric Amiel
Es verdaderamente libre aquel que desea solamente lo que es capaz de realizar y que hace lo que le agrada.
Jean-Jacques Rousseau
Reflexiona sobre tus bendiciones presentes, de las que todo hombre posee muchas; no sobre tus pasadas penas, de las que todos tienen algunas.
Charles Dickens
Fingid que ignoráis la existencia de vuestros enemigos; no incurráis en la vulgaridad de defenderos de ellos
Henrik Ibsen
Si revelas tus secretos al viento, no culpes al viento por revelarlos a los árboles
Jalil Gibran