...; en la guerra, para vengar la afrenta de unos pocos y a veces de uno solo, afligimos cruelmente a tantos miles de hombres que no se lo merecen. Erasmo de Róterdam
Se indignaron con la afrenta y se sublevaron ante nuestra fuerza corriendo a las armas. Los españoles en masa se condujeron como un hombre de honor Marlene Dietrich
Lo que la humildad no puede exigir de mí es mi sumisión a la arrogancia y a la rudeza de quien me falta el respeto. Lo que la humildad exige de mí, cuando no puedo reaccionar como debería a la afrenta, es enfrentarla con dignidad. Paulo Freire