–Sabes, ahora ha cometido un crimen en Ankh-Morpork –dijo–. Eso lo hace mío. –Sam, no estamos... –Mira, todo el mundo me dice tan a menudo que no estoy en Ankh-Morpork que lo he creído. Pero esta embajada es Ankh-Morpork y, justo ahora –levantó la ballesta–, yo soy la ley. Terry Pratchett
El argumento se semeja al disparo de una ballesta, es igual de efectivo dirigido a un gigante que a un enano. Francis Bacon