Cruzarse con una mujer en la calle, mirarla, decirle una palabra y no olvidarla más, ¿qué milagro es éste? ¿Por qué esta mujer y no aquélla? Invocad la razón, el hábito, los sentidos, la cabeza, el corazón y explicadlo si podéis. No encontraréis más que dos cuerpos, uno aquí y otro allá, y entre ellos, ¿qué? El aire, el espacio, la inmensidad. Alfred de Musset
Recordando que la sabiduría y el poder y la bondad del Creador en ninguna parte se muestra tan bien como en los cielos y los cuerpos celestes, podemos fácilmente reconocer el gran mérito de Aquél que ha traído estos cuerpos a nuestro conocimiento, y que, a pesar de su casi infinita distancia, los ha presentado fácilmente visibles Galileo Galilei