-Lo que yo quiero -decía don Nicolás a su sobrino Pedrito, que hacía unos versos muy finos y estudiaba Filosofía y letras- es una cachonda con arrobas que me haga gozar, ¿me entiendes?, una tía que este apretada que tenga a donde agarrarse. Todo lo demás son monsergas y juegos florales. Camilo José Cela
Dos médicos: el pequeño, de piernas torcidas, mira hoscamente a los pacientes, el otro, de insignificante físico, muy delgado, tiene una nariz como el filo de un cuchillo... ¡Es él! Me aferro a su brazo, como si fuese mi hermano, tartamudeo algo que hace referencia al insomnio, sueños, pesadillas, sombras...Y a un mundo amarillo. Sus labios finos sonríen: Malo, muy malo. Por lo visto se le ha formado un alma. Yevgueni Zamiatin