Ay, las casualidades -dijo Quim respirando a pleno pulmón, como el titán de la calle Revillagigedo-, valen verga las casualidades. A la hora de la verdad todo está escrito. A eso los pinches griegos lo llamaban destino. Roberto Bolaño
Sé que no lo soñé, protestaba mientras me esposaban pinches federales. [Y nos dieron las Diez/ Dos Pájaros de un Tiro, 2007] Joaquín Sabina
Sé que no lo soñé, protestaba mientras me esposaban los pinches federales. [Gira Dos pájaros de un tiro, México DF, 28 Nov 2007] Joaquín Sabina