¿Por qué me diste esperanzas? Día tras día, más y más. ¿Por qué no me detuviste? Lo podías haber hecho...Con una sola palabra. ¡Pero ni una palabra! Yo me olvidé de mí mismo y de él. Tú lo veías. Veías que estaba destruyéndome ante tus ojos, perdiendo su amistad. ¿Es que querías que eso ocurriera? James Joyce
No se nace mujer: llega una a serlo. Ningún destino biológico, físico o económico define la figura que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; la civilización en conjunto es quien elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica como femenino. Simone de Beauvoir