Las leyes demasiado benignas rara vez son obedecidas; las demasiado severas, rara vez ejecutadas. Benjamín Franklin
La vida nos dice en sus lecciones que, alguna vez, para ser buenos, hay que dejar de ser honrado. Jacinto Benavente
No hay nada tan difícil, que buscándolo, no pueda encontrarse Terencio
En la guerra más que en ningún otro caso, los acontecimientos no corresponden a las esperanzas. Tito Livio
Mi conturbado espíritu se regocija con la visión de un porvenir en que no habrá un sólo hombre que diga: Tengo hambre, en que no haya quien diga: No sé leer, en que en la Tierra no se oiga más el chirrido de cadenas y cerrojos Ricardo Flores Magón
El tiempo se bifurca perfectamente hacia innumerables futuros Jorge Luis Borges
Los que poseen el espíritu de discernimiento saben cuanta diferencia puede mediar entre dos palabras parecidas, según los lugares y las circunstancias que las acompañen. Blaise Pascal
Algunas personas nunca aprenderán nada por la sencilla razón de que lo entienden todo demasiado pronto. Alexander Pope
La instrucción desarrolla en nosotros el germen de los talentos y los sabios principios nos fortifican en el amor a la virtud Horacio
Hay que llegar al final desnudo como los hijos de la mar Antonio Machado
No me olvides que, en los asuntos humanos, también los otros pueden tener razón: ven la misma cuestión que tú, pero desde distinto punto de vista, con otra luz, con otra sombra, con otro contorno. Josemaría Escrivá de Balaguer