Las máquinas es su grito, su quimera, su panacea. Aparatos que ahorran mano de obra, suplantadores, cancones, monstruos manufacturados para matarse unos a otros, repulsivos trasgos producidos por una horda de lujurias capitalistas mediante nuestra prostituida mano de obra.
James Joyce

Frases de James Joyce - Las máquinas es su grito, su quimera, su panacea. Aparatos que ahorran mano de obra, suplantadores, cancones, monstruos manufacturados para matarse unos a otros, repulsivos trasgos producidos por una horda de lujurias capitalistas mediante nuestra prostituida mano de obra.

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...democracia: ésta se define, pues, como la asociación general de los hombres, que posee colegialmente el supremo derecho a todo lo que puede.
Baruch Spinoza
Miro a mi perro y me canso de ser persona
Pablo Hasél
El que esté libre de culpa que tire la primera piedra
Jesús de Nazaret
–Pero si no tenemos cuidado podríamos alterar el futuro –dijo Ponder–. Nuestra mera presencia en el pasado podría alterar el futuro. Quizá ya hayamos alterado la historia.
Terry Pratchett
Para figurarse una situación desconocida, la imaginación toma prestados elementos conocidos y a causa de ello no se la figura. Pero la sensibilidad, aún la más física, recibe, como un reguero de pólvora, la firma original y por mucho tiempo indeleble del nuevo acontecimiento.
Marcel Proust
Celebramos hoy, no la victoria de un partido, sino un acto de libertad -simbólico tanto de un final como de un comienzo- que significa una renovación a la par que un cambio.
John F. Kennedy
El hombre que pide a los dioses la muerte es un loco: no hay en la muerte nada tan bueno como la miseria de la vida.
Eurípides
Lo que el alma hace por su cuerpo es lo que el artista hace por su pueblo.
Gabriela Mistral
Je suis le saint, en prière sur la terrase, comme les bêtes pacifiques paissent jusqu'à la mer de Palestine. Je suis le savant au fauteuil sombre. Les branches et la pluie se jettent à la croisée de la bibliothèque
Arthur Rimbaud
Con la libertad política y social se ha creado el libre pensamiento.
Mijaíl Bakunin