La vida es ternura. Por eso no la comprendemos ni la comprenderemos jamás. La piedra no comprende a la brisa Medimos las órbitas de los astros, y nos quedamos atónitos ante una flor.
Rafael Barrett

Frases de Rafael Barrett - La vida es ternura. Por eso no la comprendemos ni la comprenderemos jamás. La piedra no comprende a la brisa Medimos las órbitas de los astros, y nos quedamos atónitos ante una flor.

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Hay que darse cuenta del contraste que existe entre estas cosas (las reales), y las que piensa él.
Virginia Woolf
Las bombas inteligentes, que tan burras parecen, son las que más saben. Ellas han revelado la verdad de la invasión. Mientras Rumsfeld decía: “Estos son bombardeos humanitarios”, las bombas destripaban niños y arrasaban mercados callejeros
Eduardo Galeano
El castigo del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad.
Aristóteles
Cada uno de nosotros tiene a todos como mortales menos a sí mismo.
Sigmund Freud
El mundo necesita el testimonio de vuestra fe, necesita ciertamente a Dios
Benedicto XVI
Vamos aclarando el panorama, que hay pingüinos en la cama, por el hielo que provocas, si hace más de un mes que no me tocas, ni te dejas sobornar por este beso escurridizo, que busca el cielo y encuentra el piso
Ricardo Arjona
La especie más barata de orgullo es el orgullo nacional. Pues denota en el que adolece de él la falta de cualidades individuales de las que pudiera estar orgulloso, ya que si no, no se aferraría a lo que comparte con tantos millones.
Arthur Schopenhauer
En el anti diálogo se quiebra aquella relación de simpatía entre sus polos, que caracteriza al diálogo. Por todo eso, el anti diálogo no comunica. Hace comunicados.
Paulo Freire
El hombre que quiere contemplar frente a frente la gloria de Dios en la tierra, debe contemplar esta gloria en la soledad.
Edgar Allan Poe
La belleza que el artista expresa no puede despertar en nosotros una emoción cinética o una sensación puramente física. Despierta, o debería despertar, induce, o debería inducir, una stasis estética, una piedad ideal o un ideal terror, una stasis provocada, prolongada y al fin disuelta por aquello que yo llamo el ritmo de la belleza.
James Joyce