Vientos de revancha son los que parecen traer algunos de los Ayuntamientos recientemente constituidos. Las calles dedicadas a Franco y a José Antonio lo estarán a partir de ahora a la Constitución. En Valencia la Plaza del Caudillo pasará a llamarse del País Valenciá. Y no hemos hecho más que empezar. Se dedican a borrar la historia.
José María Aznar

Frases de José María Aznar - Vientos de revancha son los que parecen traer algunos de los Ayuntamientos recientemente constituidos. Las calles dedicadas a Franco y a José Antonio lo estarán a partir de ahora a la Constitución. En Valencia la Plaza del Caudillo pasará a llamarse del País Valenciá. Y no hemos hecho más que empezar. Se dedican a borrar la historia.

Más Frases


Yo quiero unir mi destino al de los pobres del mundo
José Martí
Ningún vizcaíno digno de este nombre podría ya vivir en su patria, si no tuviese la esperanza de vengarla algún día
Sabino Arana
¿Resignarse entonces a la idea de ser un reloj que mide el transcurso del tiempo, ya descompuesto, ya reparado, y cuyo mecanismo tan pronto como el constructor lo pone en marcha, engendra desesperación y amor?
Stanisław Lem
Señora; y es ústed fea; pero yo por la mañana estaré sobrio
Winston Churchill
Todos reclaman los éxitos pero los fracasos se imputan a uno solo
Tácito
El hombre, que juega perpetuamente entre los dos planos de la experiencia y la imaginación, querría profundizar en la vida ideal de la gente que conoce y conocer a las personas cuya vida ha tenido que imaginar
Marcel Proust
Dios ha querido que la mirada del hombre fuese la única cosa que no se puede ocultar.
Alexandre Dumas
¿Quién osó luchar con los dioses, y quién con el Único? Es hermoso ser un discípulo de Homero, aunque sea el último.
Goethe
No sé de nadie que haya hecho más por la humanidad que Jesús. De hecho, no encuentro nada malo en el cristianismo. Pero entonces añadió: El problema está en ustedes los cristianos, pues no viven en conformidad con lo que enseñan
Mahatma Gandhi
Sueña el rey que es rey, y vive con este engaño mandando, disponiendo y gobernando; y este aplauso, que recibe prestado, en el viento escribe, y en cenizas le convierte la muerte, ¡desdicha fuerte!
Pedro Calderón de la Barca