Tomado colectivamente, el pueblo es un poeta: autor y actor se inflaman con la obra que se representa o que le hacen representar, sus mismos excesos no son tanto instinto de una crueldad nativa cuanto delirio de una multitud embriagada de espectáculos, sobre todo cuando son trágicos: cosa tan cierta que, en los horrores populares, siempre hay algo superfluo añadido al cuadro y a la emoción. François-René de Chateaubriand