¿De dónde surgen las pasiones repentinas de un varón por una mujer, las pasiones hondas, entrañables? De lo que menos, de la sola sensualidad; pero cuando el varón halla juntos en una sola criatura el desamparo, la debilidad y, a la vez, la altanería, en su interior es como si su alma quisiera desbordarse: queda conmovido y ofendido en un mismo instante. En ese punto brota la fuente del gran amor.
Friedrich Nietzsche

Frases de Friedrich Nietzsche - ¿De dónde surgen las pasiones repentinas de un varón por una mujer, las pasiones hondas, entrañables? De lo que menos, de la sola sensualidad; pero cuando el varón halla juntos en una sola criatura el desamparo, la debilidad y, a la vez, la altanería, en su interior es como si su alma quisiera desbordarse: queda conmovido y ofendido en un mismo instante. En ese punto brota la fuente del gran amor.

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Realmente, el mundo esta poblado de brujas; unas más benignas, otras más implacables; pero el reino no solo de la fantasía, sino el de la realidad evidente pertenece a las brujas.
Reinaldo Arenas
De pronto mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida: frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas. Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.
Pablo Neruda
El que habla mal de una mujer, habla mal de su madre.
Carlo Dossi
¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro
Simón Bolívar
Tanta prudencia se necesita para gobernar un imperio, como una casa
Friedrich Engels
Si cada español hablase de lo que entiende, y de nada más, habría un gran silencio que podríamos aprovechar para el estudio
Antonio Machado
Habiendo emprendido desde hace ya varios meses una tournée ajedrecística por América del Sur, y habiendo encontrado en esta ocasión los mejores jugadores de casi todos los Estados en plena actividad, puedo afirmar que el ajedrez brasileño ocupa en ellos uno de los primeros puestos.
Alexander Alekhin
Hay un límite en el que la tolerancia deja de ser una virtud.
Edmund Burke
Ser, y nada más. Con eso basta. Respirar: basta. ¡Alegría, alegría por doquier...!
Walt Whitman
Hay poca gente lo bastante cuerda que prefiera la censura provechosa a la alabanza traidora.
François de La Rochefoucauld