El deseo de desaparecer, porque las cosas desaparecen, emponzoño tan atrozmente mi sed de ser que, en medio de los resplandores del tiempo, el aliento se apagaba y el ocaso de las naturaleza me envolvía con multitud de sombras. Y como veía el tiempo en todas las cosas, esperaba salvarlas del tiempo.
Emil Cioran

Frases de Emil Cioran - El deseo de desaparecer, porque las cosas desaparecen, emponzoño tan atrozmente mi sed de ser que, en medio de los resplandores del tiempo, el aliento se apagaba y el ocaso de las naturaleza me envolvía con multitud de sombras. Y como veía el tiempo en todas las cosas, esperaba salvarlas del tiempo.

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Tampoco estamos dispuestos, como dice el proverbio, a elegir a nuestro propio carnicero. Estamos decididos a defender nuestras vidas con toda nuestras fuerzas, sin importarnos si el resto del mundo ve la necesidad de esta batalla o no. ¡La guerra total es, por lo tanto, la orden de la hora presente!
Joseph Goebbels
El amor constituye la única manera de aprehender a otro ser humano en lo más profundo de su personalidad.
Viktor Frankl
Para mí, los negocios no tienen que ver con usar un traje o complacer accionistas. Es acerca de ser sincero con uno mismo, sus ideas y hacer foco en lo esencial
Richard Branson
Las mujeres escriben, escriben con una rapidez desbordante; su corazón charla sin cesar. No conocen generalmente ni el arte, ni la medida, ni la lógica; su estilo se arrastra y ondea como sus vestidos
Charles Baudelaire
Cuando niegas a Dios, niegas la dignidad humana. Quien defiende a Dios, está defendiendo al hombre.
Benedicto XVI
¿Qué sería de la vida, si no tuviéramos el valor de intentar algo nuevo?
Vincent van Gogh
No es suficiente conquistar, se debe aprender a seducir.
Voltaire
Cada vez que cometo un error me parece descubrir una verdad que aún no conocía
Maurice Maeterlinck
La locura es la incapacidad para comunicar tus ideas. Como si estuvieras en un país extranjero, viendo todo, entendiendo lo que pasa a tu alrededor, pero incapaz de explicarte y ser ayudado porque no entiendes la lengua que hablan allí.
Paulo Coelho
El día que me vea más fuerte que la fortuna, ya nadie podrá conmigo.
Séneca