Nacido en el seno de una humilde familia de Hamamatsu, Shizuoka, desde muy joven Sōichirō Honda fue un apasionado de los artefactos mecánicos. Su padre era propietario de un taller de reparación de bicicletas.
Estábamos tan pobres, con un débil capital de un millón de yenes, y éramos muy conscientes de que corríamos un riesgo inmenso Soichiro Honda
Cuando cien personas piensan, hay cien facultades, si mil personas piensan, hay mil potencias Soichiro Honda