Un maestro que permanece mudo cuando se enseña el error, y no obstante pretende ser un maestro de la verdad, es peor que un fanático descarado y con su hipocresía hace más daño que un hereje... éstos no quieren ofender a nadie, o decir una palabra en favor de Cristo, o combatir al diablo y al mundo Martín Lutero
Con la realidad española, que es materia de legislación, ocurre algo semejante a lo que pasa con el lenguaje; el idioma es antes que la gramática y la filología y los españoles nunca nos hemos quedado mudos a lo largo de nuestra historia, esperando a que vengan a decirnos cuál sea el modo correcto de hablar o cuál es nuestro genio idiomático. Manuel Azaña