Tenemos la costumbre de burlarnos de los intelectuales por su duplicidad hamletiana, por sus dudas e indecisiones. Yo, en mi juventud, despreciaba en mí todos estos rasgos. Ahora pienso diferente: la humanidad está en deuda con los indecisos y los dubitativos por sus grandes descubrimientos, por sus grandes libros Vasili Grossman
¿Quién nos asegura que en la escuela no nos han enseñado mentiras? ¿Quién nos aporta pruebas capaces de demostrar la verdadera naturaleza de Jerjes, de Julio César o de Espartaco? Lo sabemos todo sobre sus batallas y nada sobre su dimensión humana, sus debilidades o sus mentiras o, por ejemplo, sobre sus chirridos intelectuales o morales. Oriana Fallaci