Yukio Mishima (三島 由紀夫, Mishima Yukio?, Tokio, Imperio del Japón, 14 de enero de 1925-ibídem, Estado del Japón, 25 de noviembre de 1970), cuyo nombre de nacimiento era Kimitake Hiraoka (平岡 公威, Hiraoka Kimitake?) fue un novelista, ensayista, poeta, dramaturgo, guionista y crítico japonés de familia kazoku Considerado uno de los más grandes escritores de Japón del siglo XX, fue reconocido como uno de los más importantes estilistas en lengua japonesa de posguerra.
Mishima escribió 40 novelas, 18 obras de teatro, 20 libros de relatos, y, al menos, 20 libros de ensayos, así como un libreto. Una gran porción de su obra se compone de libros escritos rápidamente sólo por los beneficios monetarios, pero, incluso no teniendo en cuenta estos, seguimos ante una obra de grandes proporciones.
Mi necesidad de transformar la realidad era una necesidad urgente, tan importante como las tres comidas diarias o dormir. Yukio Mishima
Hay días en los que uno tiene la impresión de que los hombres viven como ratas y no siente el menor deseo de parecerse a ellos. Yukio Mishima
El valor esencial (...) está precisamente en la capacidad de permanecer al acecho en las tinieblas de la muerte y la inquietud. Yukio Mishima
Es bastante sencillo ver la vida carente de valores. De hecho, la gente con algo de sensibilidad no tiene dificultad en verla así. Yukio Mishima
En realidad, el matrimonio podía ser para mí algo de extrema importancia, de una importancia capaz de ponerme los pelos de punta... Yukio Mishima
Eres una chica piadosa. Tal vez esa ésas la causa por la que pareces gozar de una paz interior tan grande. Tan grande que me da miedo... Yukio Mishima
¿Por qué motivo estamos todos cargados con la obligación extraña de destruir todo, de cambiar todo, de confiar todo a las circunstancias? Yukio Mishima
Los hombres usan máscaras para embellecerse. Pero a diferencia de la mujer, la decisión de embellecerse de un hombre siempre es un deseo de muerte. Yukio Mishima
Las mujeres: pompas de jabón; el dinero: pompas de jabón; la fama: pompas de jabón. El mundo en que vivimos es el de los reflejos en las pompas de jabón. Yukio Mishima