Yalāl ad-Dīn Muhammad Rūmī (en persa: جلالالدین محمد رومی), también conocido como Yalāl al-Dīn Muḥammad Baljī (جلالالدین محمد بلخى), Mevlânâ/Mawlānā (persa: مولانا, lit.
Luego de su muerte, sus seguidores fundaron la orden sufí Mevleví, mejor conocidos como los "Derviches Giróvagos", ya que realizan una meditación en movimiento llamada "semá" donde hombres (y actualmente, mujeres) giran sobre si mismos acompañados por flautas y tambores.
El corazón del hombre es un instrumento musical, contiene una música grandiosa. Dormida, pero está allí, esperando el momento apropiado para ser interpretada, expresada, cantada, danzada. Y es a través del amor que el momento llega. Yalal ad-Din Muhammad Rumi
Poco a poco Dios nos quita la belleza humana: poco a poco el árbol joven se marchita. Ve y recita: Todo cuanto está dotado de vida, acabará pereciendo. No te enamores de los huesos, busca el espíritu. Yalal ad-Din Muhammad Rumi
Más allá de las ideas de actuar correcta o incorrectamente, existe un campo. Y es allí donde me reuniré contigo. Yalal ad-Din Muhammad Rumi
Los amantes no se encuentran finalmente en algún lugar; están dentro el uno del otro todo el tiempo. Yalal ad-Din Muhammad Rumi
El conformismo, en el camino espiritual, puede ser una forma de apoyarse en certezas externas. El auténtico caminante, escucha, pero luego debe comprobarlo todo por sí mismo. Apunta más allá de toda forma, por ello no se conforma con nada, ni se conforma a nada. Yalal ad-Din Muhammad Rumi
Mucho más allá de las ideas de lo que está mal y de lo que está bien, hay un lugar. Te conoceré allí. Yalal ad-Din Muhammad Rumi
Quien no ve la mano que realiza la escritura, supone que el resultado procede del movimiento de la pluma. Yalal ad-Din Muhammad Rumi
El amor es insensato, no razona. La razón busca un beneficio. El amor se te declara, consumiéndose, inmutado. sin embargo, en medio del sufrimiento, el amor avanza como una rueda de molino, sencilla y de dura superficie. Yalal ad-Din Muhammad Rumi